La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair (CCS), la más grande del Ecuador, cuenta con más de 50 años de estudios y 9 años de operación que demuestran su correcto funcionamiento. Así lo afirma Cristian Laverde, doctor en energía, docente de la Universidad Técnica Estatal de Quevedo e investigador en temas energéticos, en una entrevista con Verdeando.net.
Diseño y estudios adecuados: Laverde explica que CCS fue construida como una central de pasada, un diseño específico para aprovechar el caudal constante del río Coca y prevenir riesgos geológicos en la zona. “Pensar que se puede cambiar el diseño o su configuración de la noche a la mañana está totalmente fuera de contexto”, señaló el experto.
Además, destacó que, debido a las características del terreno y el comportamiento del río, era imposible construir CCS con un embalse grande. Sin embargo, la central cuenta con un embalse compensador pequeño, que le permite almacenar agua por algunas horas y alcanzar su potencia máxima instalada.
Un alto factor de planta
Eficiencia comprobada: una de las ventajas más importantes de CCS es su factor de planta de 0,6, que está dentro de los estándares de las grandes centrales hidroeléctricas a nivel mundial. De hecho, este factor es el más alto entre todas las centrales del país, lo que demuestra que CCS está siendo muy bien utilizada y funciona correctamente, incluso en épocas de sequía.
Impacto en la crisis eléctrica: Durante el primer cuatrimestre de 2024, CCS registró un factor de utilización del 87,23%, según informó Jorge Goyes, subgerente de Producción de Celec EP, en su comparecencia ante la Asamblea Nacional. Este desempeño fue clave para ayudar al país a superar la crisis eléctrica de ese período.
Importancia estratégica: Para Laverde, CCS es crucial para garantizar la estabilidad energética del Ecuador. Desde su concepción en la década de 1970 por el desaparecido INECEL, ha sido una solución fundamental para satisfacer la creciente demanda energética del país y evitar crisis mayores.