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Coca Codo Sinclair una obra de todos los ecuatorianos

La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, ubicada entre las provincias de Napo y Sucumbíos, es un pilar fundamental en el sistema eléctrico ecuatoriano. Con una capacidad instalada de 1.500 MWh, esta obra genera actualmente más del 25% de la energía eléctrica que consume diariamente el país, convirtiéndose en una fuente de desarrollo, sostenibilidad y soberanía energética.

Desde su entrada en operación en 2016, Coca Codo Sinclair ha permitido reducir de manera significativa la dependencia de combustibles fósiles y fortalecer el suministro eléctrico nacional. El ahorro estimado es de 450 millones de dólares al año, por sustituir la generación de energía térmica.

Gracias a su potencia y eficiencia, Ecuador ha logrado incluso exportar energía eléctrica a Colombia, consolidándose como un actor relevante en la integración energética regional. Según datos del CENACE, ha generado el 33% de energía hidráulica en el mes de octubre, un total de 338.713 MWh.

La ministra de Energía Inés Manzano resaltó, este martes, que esta obra sigue siendo vital para el desarrollo energético del país. En una entrevista con Teleamazonas señaló que el gobierno está teniendo un mejor criterio en la distribución de las hidroeléctricas, para ello se está usando la compra de energía a Colombia y la producción eficiente de CCS.

“Coca Codo Sinclair es un embalse que durante 4 horas funciona a su máxima potencia y luego tiene que volverse a llenar el embalse”, señaló Manzano. Esto ha permitido que el gobierno maneje los embalses de forma correcta para que no haya cortes de energía.

Más allá de su envergadura técnica, la central representa un patrimonio de todos los ecuatorianos, ya que es la que enciende 3 de cada 10 hogares del país. Por su importancia debe ser protegida y valorada como un bien estratégico que seguirá iluminando a las futuras generaciones.

El compromiso con el mantenimiento, la operación responsable y la protección del entorno natural que la rodea es fundamental para asegurar que continúe aportando al progreso nacional. Su legado energético no solo ilumina hogares y ciudades, sino también el camino hacia un Ecuador más sostenible, unido y fuerte.

 

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