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Geólogo asegura que CCS no causó la desaparición de la cascada de San Rafael

El geólogo ecuatoriano Alfredo Carrasco, que ha estudiado el fenómeno erosivo del río Coca desde el año 1985, asegura que la cascada de San Rafael desapareció por un proceso natural, que no tuvo nada que ver con la construcción de la central Coca Codo Sinclair.

“Mucho se dice que la desaparición de la cascada es consecuencia de la construcción de CCS y yo no participo de eso. Todas las evidencias que se tienen muestran que la desaparición de la cascada tiene un origen eminentemente natural”, aseguró este miércoles 3 de julio, en una entrevista con Tiempo Real EC.

En lo que sí está de acuerdo, es en que la desaparición de la cascada aceleró el proceso erosivo del río Coca por lo que era necesario realizar acciones urgentes para proteger las líneas del OCP, las carreteras y a la hidroeléctrica más grande del país.

Carrasco inclusive escribió una carta al presidente de ese entonces Lenín Moreno, exigiéndole respuestas de por qué no se tomaron las acciones necesarias ni declararon la emergencia para impedir la rotura del oleoducto y el derrame de petróleo.

“Hubo negligencia de las instituciones para poder atender con la debida premura un tema que se veía venir y que era incontenible”, aseguró el experto.

Considera que desde 2020 se debían implementar acciones estratégicas para repensar el oleoducto, la red vial y las consecuencias que podrían generar al proyecto hidroeléctrico.

Y que ahora es necesario que el Ecuador piense “muy a profundidad las acciones estratégicas para salvaguardar el proyecto hidroeléctrico”.

¿Coca Codo desaparecerá?

Sobre el informe que asegura que la erosión regresiva llegará a la captación de Coca Codo en dos a tres años, Carrasco asegura no ser tan pesimista. Pero señala la importancia de hacer un estudio geológico en la conjunción del río Coca y Río Malo para plantear soluciones definitivas.

“Aparentemente habría un estrato de roca dura que ha ralentizado el proceso erosivo aguas arriba del Río Coca.  Se ha mantenido ya durante tres años, ha ido avanzando sí, pero lentamente”, aseguró.

Carrasco dice que habría que estudiar esta roca a profundidad, con perforaciones que permitan conocer mejor la morfología del lugar, para ver si efectivamente las alertas que hizo ese informe, escrito por los ingenieros estadounidenses, podría llegar a cumplirse, y cuáles son las posibilidades que existen para ralentizar la erosión regresiva.

“Yo no soy tan pesimista, pero si quisiera reconfirmar realmente el nivel de riesgo que tiene este rato la represa hidroeléctrica”, advirtió.

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